Fuente:
Dpto. Técnico IgK
22 Julio 2015
El futuro sensato del golf: un campo más natural
La realidad socio-económica de España está haciendo que todos los sectores se estén replanteando la distribución y la política de sus costes.
En el sector del Golf, en el que además nos seguimos encontrando con una opinión pública muy negativa en lo que afecta a la cuestión medioambiental, todavía se hace más evidente la urgencia de dirigirnos hacia lo fundamental.
La adaptación a los presupuestos, la eficiencia energética, la sensibilización social frente al calentamiento global y la necesidad de un uso racional del agua, abren una oportunidad para enfocar el mantenimiento de los campos de golf hacia su naturalización (de la cual, quizá, nunca debieron salir).
Entendemos por naturalización, la sustitución de áreas de césped con altas demandas de riego durante el período estival, por plantas y vegetación autóctonas, o en su defecto por aquellas que se adapten de mejor forma al clima local, de tal manera que los campos de golf queden dentro de un paisaje más acorde a la región donde están implantados.
La imagen del Masters de Augusta año tras año es fantástica, pero no debería marcar ninguna tendencia generalizada que podría resultar equivocada, de la misma manera que los platos de los mejores cocineros del mundo pueden ser sublimes, pero no son la realidad en la alimentación del día a día, ni sustituyen a la cultura gastronómica de una región. Es verdad que cada campo tiene su historia y su imagen, pero debe adaptar su estándar de calidad al tipo de cliente y a la economía que lo sustenta.
Por tanto, la dirección adecuada está por la eliminación o restructuración de todo aquello que pueda ser accesorio y ornamental. Hay que decidir que es lo prioritario: Un campo de golf es una cancha deportiva. La parte de “jardín idílico” debería quedar reservada para aquellas localizaciones que por su climatología se lo puedan permitir. Además hay que entender que también puede existir un jardín lejos del concepto “frondoso, verde y florido”. Esta idea comienza con la reducción de zonas de riego y zonas de siega en áreas de rough y outrough.
Los principales objetivos a alcanzar son:
- Control y ahorro en el uso del agua, en la demanda energética y en el uso combustibles.
- Mejora de las zonas nobles de juego: Greens, Antegreens, Calles y Tees.
- La sostenibilidad económica de la explotación.
- La “reconciliación” social y medioambiental de propios y ajenos al mundo del golf con el buen uso de los recursos naturales.
Dar un primer paso hacia la naturalización del campo es el inicio de la sostenibilidad del Golf.